La crisis energética está determinada por el declive de las energías fósiles convencionales «buenas» (baratas, fáciles de extraer, alta densidad y rentabilidad energética) y el proceso de sustitución por fósiles no convencionales «malas» (caras, difíciles de extraer, baja densidad y rentabilidad energética, además de enormes impactos ambientales).
O más visualmente, del paso de esto:
A esto:
Como se suele decir en estos casos, una imagen vale más que 1000 palabras (y muchos posts).
Iñigo Capellán Pérez