No tenemos una bola de cristal para ver nuestro futuro energético, pero hemos recopilado datos muy diversos y los hemos juntado en un modelo matemático simulado por ordenador. Un modelo de ordenador no es un oráculo, pero ese “recopilar datos diversos y ponerlos juntos” es un ejercicio muy potente porque permite mirar la realidad como desde una avioneta, desde arriba, con una perspectiva global; algo poco habitual en esta sociedad actual, tan compleja y tan especializada.
Hemos usado este modelo matemático para estudiar dos cosas vitales en nuestra sociedad: la energía y la economía. Juntamos los datos del crecimiento económico y la demanda de energía con los estudios de los geólogos acerca de las reservas de petróleo, gas natural, carbón, uranio y energías renovables.
El panorama que se ve desde arriba nos lanza un mensaje muy claro: esto no puede seguir como hasta ahora. No es el mensaje de siempre, no sólo decimos que esto no “debe” seguir porque es perjudicial para el planeta. No. Decimos, simplemente, que nuestros datos muestran que no vamos a continuar por este camino, no es posible. No tenemos petróleo para continuar con el crecimiento económico y los patrones de consumo de las últimas décadas. Algo va a cambiar en nuestra sociedad en esta misma década y de forma muy sustancial.
Según las estimaciones de la mayor parte de los geólogos y según los datos que estamos observando estos últimos años, estamos viviendo el estancamiento y declive de la extracción de petróleo, y no vamos a poder sustituirlo con otras tecnologías. Aunque nadie sabe dónde puede llegar la ciencia en el futuro, sí sabemos que las tecnologías necesitan años e incluso décadas de desarrollo y ya no tenemos tiempo. Los biocombustibles o los vehículos eléctricos, que podrían sustituir ahora mismo al petróleo, son tecnologías muy limitadas, poco más que parches. Parches, además, con efectos secundarios indeseables, especialmente los biocombustibles, que compiten de forma muy preocupante con la alimentación humana.
Ni las energías renovables ni la nuclear van a servir tampoco para superar el declive del petróleo por una razón evidente: estas tecnologías nos proporcionan electricidad, mientras el petróleo es un combustible líquido, muy versátil y ligero, imprescindible para el transporte y la agricultura actuales.
Si el declive del petróleo se espera para esta década, el resto de los recursos energéticos no van a durar mucho más. El gas natural, el carbón y el uranio probablemente encuentren sus declives antes de la primera mitad del siglo. Esto nos dejará sin los combustibles que generan la mayor parte de la electricidad, aunque, en el caso de la energía eléctrica, la sustitución es un poco más sencilla porque el declive del carbón, gas y uranio no es tan inminente y las energías renovables están más desarrolladas.
Aunque el mensaje dominante en los medios de comunicación y en los discursos políticos huye de estos temas y nos invita a pensar que vivimos en un mundo de recursos naturales y energía prácticamente ilimitada, cada vez son más los estudios científicos que exponen conclusiones similares a las nuestras. Dice mucho de la clase de políticos y medios de comunicación que tenemos el que una noticia de esta envergadura se encuentre en las publicaciones científicas, en informes europeos y en notas marginales de los periódicos, pero esté ausente de las primeras planas y los debates electorales.
En las próximas décadas vamos a experimentar el declive de la mayor parte de los recursos energéticos a los que estamos acostumbrados y la sustitución no siempre va a ser posible. Lo más probable es que tengamos que conformarnos con consumir significativamente menos energía de la que usamos ahora. Si bien es cierto que existen formas de satisfacer las necesidades de los habitantes del planeta consumiendo bastante menos, no es menos cierto que llevamos siglos incrementando nuestro consumo y tenemos una enorme inercia que nos empuja en dirección completamente opuesta al ahorro.
Asumir el reto de la crisis energética supone enfrentarse a un gran cambio global, un cambio en la industria, la agricultura, el transporte, el urbanismo y la vivienda, pero, sobre todo, un gran cambio de mentalidad colectiva que necesitará del abandono del consumismo y el crecimiento como pilares de la sociedad. Es preciso que todos vayamos tomando consciencia del problema cuanto antes y asumamos la necesidad del cambio, ya que el declive de los recursos no es una opción. Si nuestras sociedades no son capaces de aplicar medidas de ahorro, la disminución de recursos se hará de igual manera y serán la pobreza, la desigualdad y la recesión económica quienes, probablemente, se encarguen de disminuir el consumo energético.
Margarita Mediavilla Pascual, marzo 2012.
- Un borrador del artículo que describe el modelo y los resultados de forma detallada en castellano se puede descargar aquí.
- La referencia del artículo publicado en Energy Policy es:
The Transition toward renewable energies: physical limits and temporal conditions, Margarita Mediavilla, Carlos de Castro, Iñigo Capellán, Luis Javier Miguel, Iñaki Arto, Fernando Frechoso. Energy Policy, vol 52, enero 2013, páginas 297-311. (Accepted Author Manuscript available for download here).
Muchas gracias ante todo por el articulo, desde aqui mi agradecimiento a todos los participantes del grupo y me gustaria mandaros mi apoyo y mis animos para seguir en esta linea. Cuando trato de explicar estos conceptos a los familiares y amigos, la mayoria me dicen que no tiene repercusión en los medios de comunicación y tampoco en el mundo cientifico y claro mi madre es doctora en algebra y mi padre psicologo, y yo solo soy tecnico superior en topografia, el problema radica en que primero, a la mayoria de la gente los cambios les asustan y asumir que estamos en un mundo cambiante y que nuestra sociedad está abacada al fracaso al ritmo de crecimiento actual, no es nada que nadie quiera escuchar mientras come o visita a la familia, ya que los medios de comunicación como televisión y periodicos no funcionan para estos menesteres, conmino, aliento, invoco a el mundo cientifico y del conocimiento que persigue la verdad, el resultado, la teoria y no gustar más o menos al público sino tan solo reflejar los datos obtenidos mediante conclusiones sobre probabilidades, sin aspirar a más, esta es la conclusión y esta la probabilidad de que ocurra, sin colores ni tendencias politicas o economicas, estos son los datos y estas las conclusiones, para eso estamos, en eso trabajamos y eso es lo que nos gusta hacer, independientemente del poder economico, que al sufragar los gastos, pervierte, cambia los resultados.
El mundo cientifico al emnos deberia defender la verdad, los hechos y las probabilidades, los números, las teorias, las leyes…un ser humano nunca llegará a ser más que un ser humano, usemos nuestra inteligencia, nuestra logica, nuestro razonamiento, para un bien común, la supervivencia de la especie, al perseguir el acaparamiento, y el tener más que el otro, no perseguimos sino viento, la supervivencia de la especie no es cuestión de quien tiene más dinero, es cuestión de que un ser humano no dejará nunca de ser más que un ser humano y todos necesitamos comer, yo si tubiera posibilidad intentaria obtener el resultado de cuantas personas necesitan volver a trabajar el campo por cada barril de petroleo que se deja de obtener, si la producción declina y mediante su aumento se produjo la revolución verde y la industrialización y la correspondiente migración de los trabajadores del campo a la ciudad pues ya no hacian falta en el campo, al encontrarnos en el sentido inverso del ciclo y ser siete veces más población total mundial, ¿qué porcentaje debería de volver al campo para alimentar al resto de la población?.
De todas formas viendo la tendencia de los acontecimientos, la humanidad como sistema en mi opinión acabará consumiendose a si mismo, la zona del mundo que más resista acabará fagocitando a las demás y al final a si misma si no para de crecer, de donde no hay no se puede sacar y para «crecer» se necesitaria que una parte decreciera, hasta que el todo se consumiera a si mismo, independientemente de si extraer un barril cuesta más o menos, si el cuerpo humano no obtiene alimentos como necesita da igual si gasta toda su energia en obtener una miga de ese alimento, intentará obtenerla pues no puede alimentarse por medio de otras fuentes aunque le costara menos energia, mi opinión profana.
Yo creo que en un debate multidisciplinar se llegarian a mejores conclusiones sobre el transcurso de los acontecimientos, yo creo que para pararlos es tarde, podemos en la medida de nuestras posibilidades acercarnos a las fechas y los acontecimientos ya que no tenemos bolas de cristal usamos números y gráficas, con los que acercarnos al menos.
Lo dicho gracias, animo y un saludo y un abrazo a todos.
Gracias Pablo. Simplemente me gustaría proponerte una idea: cuando dices que no tiene remedio y la humanidad terminará consumiéndose a si misma para crecer ¿no será que lo dices simplemente porque nos han metido tan hasta la médula el dogma del crecimiento económico que no somos capaces de ver que no lo necesitamos? No sé quién tendrá razón pero a mi me parece que los primeros que se van a extinguir no van a ser los que menos crezcan, sino los que maś. Me explico, los que sobrevivan serán los que abandonen antes el paradigma del crecimiento, los que quieran seguir creciendo fracasarán. Veremos quién se equivoca…. 😉
Enhorabuena por el estudio y por el artículo. No es frecuente leer escritos que provengan del ámbito universitario de este país y que sean tan claros y rotundos en temas que afectan a la política, entendida ésta en un sentido amplio como la manera según nos organizamos.
Tan solo una puntualización. En la frase:
«Si bien es cierto que existen formas de satisfacer las necesidades de los habitantes del planeta consumiendo bastante menos, no es menos cierto que llevamos siglos incrementando nuestro consumo y tenemos una enorme inercia que nos empuja en dirección completamente opuesta al ahorro.»
Y en el párrafo que sigue, no se puede hablar del planeta y de sus habitantes de una manera homogénea al considerar el consumo de energía que han tenido. Creo que hay que diferenciar claramente entre los países pobres y los paises ricos ( EEUU, Canada, Europa, Japón y Australia) que con un 20% de la población mundial ha consumido y despilfarrado el 80% (más o menos) de los recursos, entre ellos, los energéticos.
Es importante hacer esta diferenciación puesto que la solución tampoco es homogénea y no todos tenemos que satisfacer nuestras necesidades consumiendo bastante menos. Además de reducir el consumo global es necesario hacer un reparto mucho más equitativo de él.
Completamente de acuerdo, Mikel, gracias por el comentario. Existen países de eso que llamamos «Sur» mucho más capaces de vivir con menos que nosotros, desgraciadamente la tendencia actual es que ellos nos imiten a nosotros más que lo contrario. Aunque, por suerte, también están apareciendo movimientos sociales que reivindican estas formas de vida tradicionales y más ricas en lo social y personal y menos consumistas como el «buen vivir».
En este problema que nos acucia,que es el final de la civilización del petroleo,lo que mas me preocupa es el aumento de las tensiones cuando el sistema entra en su fase agonizante,cuando paises enormemente desarrollados,con enormes arsenales armamentisticos sean pasto de posibles politicos que gracias al desabastecimiento de la poblacion,del hambre,del paro,busquen como sea conseguir los minimos restos de combustible,como se podran gestionar sin petroleo los residuos nucleares activos,en fin,preveo un final muy desagradable.