Las últimas elecciones han roto el sueño islandés. La pequeña revolución ciudadana se ha visto frustrada ¿Qué ha pasado en Islandia? Un islandés lo explicaba todo con una frase muy sencilla: la gente echa de menos sus 4×4. Los islandeses tuvieron el acierto de dejar caer a los bancos. Fueron más sensatos y más justos que nosotros, que estamos endeudándonos de por vida y volcando todo el peso de la crisis sobre los más débiles.
Pero no es suficiente.
Con su moneda enomemente devaluada los islandeses tienen trabajo, a diferencia de los españoles, pero no pueden consumir como antes ni comprar gasolina para sus coches; y la gente, en Islandia como en España, aspira a volver a vivir como antes. Todos queremos recuperar el modo de vida consumista que teniamos, pero ¿podemos hacerlo?
Desde el año 2007 algo se ha roto en el mundo: el conflicto se ha instalado en todos los rincones del planeta, el petróleo ha dejado de ser barato y abundante, el consumismo ha dejado de ser lo habitual. El consumismo ha dejado de ser posible. Intentar que todo vuelva a lo de antes es inútil. Ni los conservadores, ni los liberales, ni la austeridad, ni el crecimiento, ni siquiera los revolucionarios o los fascistas van a funcionar. Ninguno va a conseguir burlar las leyes de la naturaleza.
Decrecimiento o decrecimiento. Decrecimiento consciente y ordenado… o, simplemente, decrecimiento.
Marga Mediavilla