El próximo jueves 23 partir de las 19h, nuestra compañera Margarita Mediavilla presentará y moderará la charla sobre el proyecto de mina de uranio en Salamanca.
Ponentes: Verónica Santos. Miembro de la asamblea «Salamanca Antinuclear.» José Ramón Barrueco. Secretario y portavoz de la plataforma «Stop Uranio.»
¿Mina de uranio en campo charro? ¡No, gracias!
La empresa Berkeley Minera España S.L. tiene intención de abrir minas de uranio a cielo abierto en la provincia de Salamanca cerca de la frontera de Portugal. En Europa sólo queda activa una pequeña mina de uranio en Rumanía, habiéndose clausurado todas las demás por su alto impacto ambiental y escasa rentabilidad.
Además en la localidad de Retortillo se piensa construir una planta de concentrados de uranio para tratar todo el material extraído en los distintos yacimientos a explotar. Los residuos que genere esta actividad son considerados radiactivos y su peligro permanecerá en el terreno por miles de años.
La energía nuclear está en declive, está perdiendo el pulso con las renovables. El parque de centrales nucleares europeas está a punto de cumplir su vida útil en la mayoría de los casos, no produciéndose renovación pues ahora mismo sólo hay dos centrales en construcción, una en Gran Bretaña y otra en Finlandia. En España en la próxima década se cumplen los 40 años previstos de funcionamiento de todas ellas, empezando por Almaraz que debe cerrar en 2020.
La mina de Retortillo saltó a los medios de comunicación nacionales a raíz de la masiva tala de encinas realizada por Berkeley durante los meses de febrero y marzo de este año, habiendo arrasado 40 hectáreas de ese municipio que albergaban 2000 encinas centenarias.
Los habitantes de la comarca salmantina del Campo Charro se oponen a estos proyectos por los efectos negativos que esa actividad va a suponer para la zona, así la existencia de una mina a cielo abierto a pocos kilómetros de algunos pueblos (2,5 km. en el caso de Retortillo) supondrá molestias y peligros para las personas que viven en esa tierra: explosiones con expulsión de polvo radiactivo para la atmósfera (efecto negativo en la salud), continuo trasiego de camiones y maquinaria pesada. También hay que contar con las repercusiones que para el Medio Ambiente tienen este tipo de explotaciones: se formará un cráter de varias hectáreas de extensión y más de un centenar de metros de profundidad, con la consiguiente pérdida de la masa forestal, desviaciones de los cursos de agua, etc.
Si a estos efectos negativos añadimos las dudas sobre la rentabilidad de ese negocio, podemos llegar a la conclusión que la incertidumbre sobre el futuro de Salamanca no podemos dejarlo en manos de una empresa únicamente preocupada por el valor en bolsa de sus acciones.