Un esquema de realimentaciones típico del pensamiento de la dinámica de sistemas:

Algunas respuestas ante el problema del pico del petróleo (que nos preocupa sobre todo por su impacto sobre la economía) están siendo tecnológicas (o geopolíticas, pero ninguna va al problema raíz).

El fracking y los biocombustibles son repuestas energéticamente absurdas y económicamente caras además de ecológicamente negativas.

El carbón no sustituye directamente al petróleo y es un desastre ecológico.

Sólo las Renovables (también caras) son una respuesta interesante para resolver el problema del clima, pero pueden (lo hacen ya) generar otros problemas; y lo hacen porque son tecnologías que se están tratando de aplicar en el mismo esquema de mitos culturales que son los que generan el problema raíz.

 

La dinámica de sistemas con un esquema mental como el de la figura anterior, pensaría primero en las realimentaciones y trataría luego de cuantificarlas:

Léase así: el peak oil (pico y posterior descenso del petróleo) tiende a llevarnos al pico económico (pico y posterior descenso de la economía mundial). La respuesta inicial a eso es un incremento en el uso de biocombustibles, carbón, técnicas de fracking para aumentar la producción de petróleo, y renovables. Más biocombustibles implican más desigualdad, caos climático y acercamiento a los picos y posteriores descensos del agua, de los suelos y de la biodiversidad (nuestro Grupo ha demostrado, por ejemplo, que la Huella Ecológica de los biocombustibles actuales es más del doble que la Huella Ecológica de los combustibles fósiles por unidad de energía neta proporcionada). La desigualdad está aumentando gracias a los biocombustibles, por ejemplo al acaparamiento de tierras en el Sur por parte de empresas y gobiernos del Norte o de países «emergentes» (China, Emiratos, Arabia Saudí…). Y uno podría esperar lo mismo de proyectos solares y eólicos en un futuro cercano (?o es que el proyecto DESERTEC no quiere acaparar desiertos africanos para servir los interese europeos, y este neo-colonialismo ya lo hemos vivido cientos de veces como para saber donde conduce?). El mundo real es sistémico y no una ensoñación tecnológica.

Sólo la respuesta renovable (viento y solar) de entre las «soluciones» energéticas que se están dando tiene una realimentación buena hacia uno de los problemas, el caos climático (lo que no significa que no puedan influir en el clima dependiendo de su escala), pero está generando o puede hacerlo, aumentos en otros problemas. Por ejemplo, la ocupación directa de suelos o el uso de minerales que requieren éstas energías es superior a las que requieren las energías fósiles por unidad de energía neta que proporcionan a la sociedad. La complejidad tecnológica de un parque solar o eólico es mayor que la de una central térmica de carbón, lo que hoy implica que en vez de ser una fuente energética descentralizada social y económicamente sea lo contrario (casi todos los países y ciudadanos tenemos sol suficiente, pero no los minerales y la tecnología necesarios, la dependencia no es menor -es otra- que la que genera la geografía del petróleo). El viento es compartido (si lo frenas en los pirineos no lo disfrutarán igual los franceses) como los ríos. Las renovables están surgiendo en el mismo esquema mental y cultural que conduce al desastre humano, lejos de ser solución hoy son parte del problema.

 

Quizás porque queremos que el Titánic no se hunda, muchos movimientos de Transición ven sólo el peak oil y el climatic chaos, y ojalá fueran los únicos dos problemas, porque las renovables podrían intentar solucionar parcialmente ambos. Pero no es así.

 Carlos de Castro Carranza

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