La transición energética (uno de los problemas) requeriría un tiempo del que ya no disponemos; esto implica que la transición hacia energías renovables (inevitable por otra parte) no será suave ni en un modelo de simple cambio de modelo energético global.
Las renovables no pueden sustituir a las fósiles y mantener a la vez esta Civilización.
Las renovables son intrínsecamente intermitentes y requieren materiales que no son renovables (con sus correspondientes picos de uso), los trabajos de Ted Trainer, Pedro Prieto, Antonio Turiel y Antonio García-Olivares puestos en conjunto serían suficientes para desbancar cualquier argumento tecno-optimista.
La Historia nos dice que las transiciones energéticas se hicieron en épocas de bonanza energética: cuando inventamos la agricultura la energía utilizada de los animales domesticados estaba en ascenso, el carbón no sustituye a la leña, primero se alimenta de ella para montar la infraestructura que necesitó, el petróleo no sustituyó al carbón, se necesitó una primera Revolución Industrial basada en el carbón para que éste se convirtiera en la sangre que bombea nuestra actual civilización. Y la nuclear y el gas natural se han desarrollado durante el ascenso del consumo del petróleo. Por primera vez en la historia de la humanidad se quiere hacer una transición renovable partiendo de un descenso de las fuentes que alimentarían esa transición. Es de un tecno-optimismo que ignora la Historia; propio de quizás el mayor sesgo cognitivo y mito cultural que hoy nos coarta los verdaderos cambios a los que tenemos que adaptarnos.
Desde nuestro grupo hemos mostrado que por límites de materiales, suelos y tiempo no pueden dar ni la mitad del consumo que hoy nos dan las energías fósiles y nuclear. Hemos mostrado que es inevitable durante los próximos 20 años que el sector transporte (clave en nuestro mundo global) sea uno de los sectores que primero sufrirán cambios y descensos importantes (si no lo está haciendo desde 2008).
Y en situación de transición-colapso de las demás energías y de la propia civilización industrial los límites serán aún inferiores, muy inferiores:
En situación de decrecimiento económico: ¿dónde vamos a encontrar el capital para el mantenimiento de una red energética renovable?
En situación de decrecimiento del uso de minerales: ¿dónde vamos a encontrar los materiales?
En situación de decrecimiento energético: ¿dónde vamos a sacar las grandes máquinas que construyen y levantan con petróleo los molinos eólicos o los parques solares?
En situación de colapso: ¿Quién va a disponer de la compleja tecnología que requieren las habitaciones blancas para fabricar paneles fotovoltaicos, dónde se van a disponer los residuos que generen las palas de los molinos o las células fotovoltaicas, qué técnico reparará el inversor de alta potencia o el panel deteriorado? (La situación puede ser similar a la vivida decenas de veces en aquellos proyectos del Tercer Mundo en los que se instala un sistema fotovoltaico en tejados de poblaciones empobrecidas que a los 10 años ya no funcionan porque nadie puede repararlos y/o no se tiene el capital para hacerlo).
Y una observación que se suele obviar, las energías renovables son precisamente las que usa la biosfera (Gaia); sin un cambio de mitos, serán una competencia más con ella, no una colaboración (por ahora de hecho están contribuyendo a la crisis ecológica, y el caso paradigmático son los biocombustibles).
En un mundo que usará renovables a la vez que huye de las urbes y va colapsando, el peligro del deterioro de los ecosistemas (deforestación, desertización, sobre pesca, sobre caza, etc.) puede incluso aumentar, haciendo del colapso algo más largo y profundo.
La permacultura valdría para 500 o 1000 millones de habitantes humanos, no para 7000 y quizás ni siquiera para 3500 millones. Los burros y caballos que sustituirían a los tractores, la leña que sustituiría la calefacción de gas natural, etc. requerirán más biomasa, no menos, al menos durante esa transición-colapso. Demasiada biomasa pasa ya por manos humanas.
En el siglo XIX se alimentaba a menos de 2000 millones de personas, en el XXI, si no olvidamos, tendremos técnicas mejores (más conocimientos ecológicos), pero menos biodiversidad, más caos climático (las inercias de este por ejemplo harán que durante miles de años siga creciendo el nivel del mar aunque la humanidad vuelva a las cavernas mañana), menos bosques, menos tierras fértiles etc. de las que dispusimos hace 200 años. Pensar que seremos muchos más que en el siglo XIX es de un tecno-optimismo injustificado. Volveremos a ello por otra vía.
Carlos de Castro Carranza
Parece evidente que la población tendrá que empezar a declinar pronto, pero no tengo tan claro a cuanta gente será capaz de alimentar la permacultura. Una cosa que no juega en su favor es que pienso que en la competencia por el uso de gas y petróleo, la agricultura aguantará hasta el final, mientras otros usos desaparecerán por ser menos vitales. Esto provocaría que no haya una adopción importante de la permacultura hasta que ya sea demasiado tarde, ya que la recuperación de la tierra, la formación y cambio de chip de los agricultores, etc. lleva su tiempo. Pero si desde ya se impulsase la permacultura y se fuese sustituyendo con tiempo pero de manera importante, no sé cuanta gente podría alimentar, pero tengo claro que se amortiguaría en gran parte una catástrofe alimentaria cuando los fósiles dejasen de fluir hacia la agricultura.
Y el papel del poder político en esto de impulsar la permacultura es decisivo, facilitando al máximo la ruralización de la sociedad, por ejemplo no poniendo trabas a que en suelo rústico pueda construirse una vivienda unifamiliar si se cumplen ciertos requisitos ecológicos, etc. Yo estoy intentando comprar un terreno para hacer un bosque comestible con un montón de especies. También nos gustaría hacer una casa tipo earthship (ver documental «el gerrero de la basura») «desconectada» del exterior (aislamiento térmico pasivo, paneles y molino para electricidad, recogida de agua lluvia desde el techo, fosa séptica, etc.). Ahora hay un campo desnudo pulcramente arado. Pienso que este tipo de proyecto es mucho más respetuoso con el medio ambiente que lo que hay ahora. Produciendo la energía y casi todo lo que se necesita localmente no haría falta mantener la potencia de la red eléctrica actual, además medioambientalmente hablando, un bosque de alimentos (más vegetación y biodiversidad, sin pesticidas, fertilizantes, etc.) es mucho mejor que un campo desnudo. Si algún día faltase la tecnología para que tuviésemos paneles o molinos de viento, seguiríamos teniendo lo esencial: agua, alimento y refugio confortable. Si no vienen a quitárnoslo…
Tocas una cuestión a tener en cuenta durante la transición. ¿Qué nos van a dejar hacer? Debemos tener presente que al principio (décadas)habrá muchas trabas. Se me ocurren:
Trabas de gestión (que se lo digan a los que quieren conseguir un sello ecológico o criar gallinas al aire libre). Vivimos en un mundo burocratizado por la desconfianza que nos tenemos.
Trabas ecológicas: el pequeño ecosistema que quieres montar parte de un ecosistema deteriorado y estará rodeado de ecosistemas deteriorados. A mi la plaga de topillos de este año me ha afectado más de la cuenta porque mi «isla sin pesticidas» era un paraíso para ellos, todo lo que me rodea es desierto de monocultivos y venenos, la lechuza y los gatos no han dado a basto. Ahora y probablemente durante muchos años yo lo que tengo es biodiversidad de plagas, los ritmos de Gaia no son humanos.
Trabas sociológicas: muchos de los que estamos haciendo la transición no somos del pueblo de toda la vida, sino de la ciudad y aún no vivimos permanentemente en el pueblo (no podríamos ni sabríamos). Quizás eso explica en parte que me roben fruta sistemáticamente (me lo tomo como un impuesto) y me hayan forzado cuatro veces cerraduras (con un robo) en tres años. En una sociedad que se desestabiliza…
Trabas económicas: El capital inicial para un «earthship» no está al alcance de todos, aunque es verdad que la construcción bioclimática puede ahorrar costes respecto a la estandar. Si fuera fácil económicamente, y lo fuera psicológicamente, el millón de familias en España sin entrada de recursos ya estaría en el campo.
Trabas a la extrapolación: ¿Cuántos materiales, energía y territorios necesitamos para construir no una earthship sino mil millones? Aquí es donde echo de menos estudios con visión global y los mínimos sesgos. Si en una sociedad como la nuestra el 90% de la energía es fósil-nuclear y un 5% es renovable sostenible (pequeños molinos de agua o viento, biomasa, animales de tiro). Cuando tenga que ser el 100%, o volvemos al siglo XVII (con menos de 1000 millones de personas) o la deforestación, la sobre pesca y la sobre caza acabará con todo. Miro a mi alrededor y veo metales y plásticos, y mis padres me cuentan que las cunas de su niñez eran de madera, que todo era de madera… La huella ecológica de una sociedad de permacultura es mucho menor que la industrial, pero no es despreciable. Es la única vía, pero nos exigirá muchos esfuerzos y sacrificios, y tenemos que ser conscientes de ello cuando «vendemos» sus bondades.
Carlos de Castro
Tienes razón, no va a ser fácil. A nivel personal va a costarnos mucho y si se tiene a los que gobiernan en contra más todavía. Si el gobierno está dispuesto a poner el interés general por encima incluso de la propiedad privada, la deuda, etc. quizá se evite el desastre( por otro lado, cosa poco probable). Quizá una transición ordenada, sin demasiadas trabas y relativamente pacífica no sea lo más probable pero mientras sea mínimamente posible quiero pensar que lo será.
En cuanto a las earthships lo que me parece interesante es su apuesta bastante radical por lo «local» en lugar de por lo global, con el ahorro energético entre otros que esto supone una vez construida. Es cierto que esto no lo llevan hasta sus últimas consecuencias, ya que para su construcción (o reparación) se utilizan ciertos elementos (paneles, baterías, aislantes, depósitos de agua de plástico, cristaleras, etc.) que de algún sitio tienen que salir y aunque algunos tengan una vida larga habría que ver si eso es extrapolable. También se pueden reducir prestaciones (electricidad, etc.) o buscar alternativas a los materiales con el mismo concepto de «lo local» en mente. En cualquier caso pueden suponer un paso intermedio entre lo actual y lo que puede ser el futuro de darse(construir con lo que hay en el sitio, sin electricidad, etc.). Un paso intermedio para gente de la ciudad que no está dispuesta a cambiar su vida actual por otra mucho más primitiva, y que se vea atraída por la autosuficiencia y repelida por el sistema actual.