La dinámica de sistemas es una herramienta excelente en ciencia puesto que permite contrastar el “sentido común” humano (por supuesto no es la única). Ya decía el físico A. Bartlett que «el mayor defecto de la raza humana es nuestra incapacidad para entender la función exponencial». Una función exponencial es aquella que relata un proceso que, aunque al principio evoluciona relativamente despacio, con el tiempo se acelera más y más. Un proceso lineal es aquel en que el cambio se produce de forma constante, algo así como conducir un coche a la misma velocidad: la distancia recorrida cada hora será la misma. En una conducción exponencial, la primera hora recorreríamos 10 km, en la segunda 100 km, en la tercera 1000 km…
Cuando se produce un cambio que evoluciona en el tiempo, nuestro sentido común y la costumbre nos hace pensar que se trata de un cambio lineal. Por ejemplo cuando tenemos hambre y empezamos a comer, no pasamos de estar hambrientos a estar satisfechos en el intervalo de una cucharada; o si vamos andando por la calle normalmente siempre vamos al mismo ritmo, un niño no pasa de aprendar a andar a ir solo a la guardería, tampoco esperamos que el tiempo cambie en verano y empiece a nevar, o que en medio del día surja la noche (¡vaya miedo-respeto tenían las sociedades antiguas a los eclipses!), etc.
Sin embargo, entorno a nosotros se producen procesos que no siguen la lógica de la linealidad y que nos suelen chocar mucho más. Por ejemplo, si un amigo o familiar en buena salud muere repentinamente nos cuesta más “asimilarlo” que si es tras una larga enfermedad; que nos organicen una fiesta de cumpleaños sin avisar, un portazo o un grito causan más impresión que actuar más calmadamente; el árbol del patio se seca de un año para otro, te toca la lotería, etc.
Así, las no-linealidades son a menudo sorpresas: “Pero si la semana pasada estaba tan bien, y mira ahora…”, o «esto no me lo esperaba yo…»
Probablemente ésta sea una de las razones que más nos incapacita para entender la gravedad de la situación en la que la que, en todos los frentes, estamos acorralando a nuestro medio ambiente (entre otros problemas graves). Los impactos del hombre en la biosfera se caracterizan por ser altamente no lineales. La ley del máximo beneficio y la relegación de las prácticas tradicionales implica casi siempre el sobrepaso de las tasas de recuperación naturales, y cuando éstas no pueden ser repuestas artificialmente (abonos químicos en la agricultura por ejemplo), entonces los ecosistemas colapsan abruptamente, sin previo aviso, y sin garantía de recuperación.
Pondremos a continuación como ejemplo un suceso que ya ha ocurrido y que documenta el [Millennium Assessment Report, 2005] sobre el colapso de la pesquería de Terranova en la costa este de Norteamérica y de la que durante más de 100 años se extrajeron anualmente unas 200.000 toneladas de pescado. En los años 60 y 70, con las nuevas técnicas, se logró multiplicar por 4 la producción annual. Así, en menos de 10 años se alcanzó la extracción máxima, y a partir de entonces se produjo un declive que acabó con el cierre del caladero en 1992, que todavía no se ha recuperado. Y el [Millennium Assessment Report, 2005] avisa de que existe la posibilidad de que los daños hayan sido tan grandes que no se recupere jamás.
Por supuesto que no hace falta cruzar el charco para encontrar ejemplos en casa: la anchoa y el atún rojo también pasan por momentos críticos. Y por supuesto que esto no se limita a las pesquerías, sino que se encuentra este comportamiento en multitud de ecosistemas, que aunque resilientes, al ser forzados ceden.
El siguiente vídeo (10 minutos) ilustra muy bien el concepto de “Estabilidad” y “Punto de no retorno” para el caso climático. Os dejo con él, y como siempre, con las no-linealidades, que también las hay excelentes 🙂 :
P.S: Sólo recordar que el en sistema productivista-capitalista, es necesario que la actividad económica crezca cada año para manternerse en pie, es decir que siga una tendencia exponencial a largo plazo.
Iñigo Capellán Pérez
Referencias
[Millennium Assessment Report, 2005] < http://www.unep.org/maweb/en/index.aspx >
Muy ilustrativo. Con Capitalismo no hay futuro. Los gobiernos deberían dedicar enormes esfuerzos a energías renovables, sembrar bosques infinitos y detener el saqueo y la contaminación de los océanos. En cambio apuestan por quemar petróleo, abandonar los bosques a su suerte, expoliar los últimos peces del mar.