Javier Gómez propone que estudiemos la tecnología repasando lo que han dicho de ella los historiadores y nos habla de tres momentos: la gran ilusión, el gran desencanto y la gran tarea.
La gran ilusión de la ciencia y la tecnología comienza en la Ilustración cuando se fragua la idea de que cuanto más científica es una sociedad más progresa el hombre. Los intelectuales de la Ilustración impulsan la idea de la racionalidad frente al fanatismo basado en el poder y la iglesia y, posteriormente, tanto el capitalismo como el comunismo ven la técnica y la ciencia como la base del progreso.
A pesar del valor que tuvieron estos ilustrados el error en el que hemos incurrido en el siglo XX es considerar que la ciencia y la tecnología por sí solas son capaces de llevarnos al progreso. Sólo tendríamos que sentarnos y esperar a que los avances científicos resuelvan los problemas: ya no hace falta justicia ni acción política. Esta forma de concebir la tecnología es, en el fondo, conservadora y conformista.
El pensamiento romántico vuelve en el siglo XIX reivindicando el sentimiento, lo subjetivo y la naturaleza. Se critica la tecnología y aparecen obras literarias en las que ésta esclaviza al ser humano (Frankenstein), pero también el romanticismo es caldo de cultivo de totalitarismos.
En el siglo XXI aparece el ciber-punk como otra nueva visión pesimista de la tecnología. Muestra un futuro en el cual el progreso tecnológico es enorme pero la sociedad humana fracasa socialmente: la tecnología sofisticada convive con la miseria humana. Este ciber-punk es una buena metáfora del mundo actual en el que vemos que la tecnología no resuelve los problemas sociales ni nos ayuda a enfrentarnos con el colapso ambiental.
¿Cómo hacer una ciencia diferente sin caer en la irracionalidad? Esta es la gran tarea que, según Javier, necesitará de una ciencia que resuelve cuatro retos: gobernanza, visión ecológica, interdisciplinariedad y participación.
pdf de la charla de Javier Gómez parte 1, parte2, audio de la charla, entrevista en vídeo