Combinando los datos de consumo de petróleo, PIB y exportaciones de los países de la zona euro uno encuentra cosas tan sorprendentes como esta gráfica.
Lo que muestra es el resultado de dividir los dólares que cada país de la Eurozona ha tenido que pagar por el petróleo, entre los dólares obtenidos con todo tipo de exportaciones. Es decir, muestra, qué países son más dependientes del petróleo: cuáles compran más petróleo en relación con lo que consiguen exportar y, en consecuencia, tienen más problemas para pagar el petróleo que no producen.
Pues bien, veamos el ranking de dependientes. Primero: Grecia, a distancia de los demás. No muy lejos está España, seguida de Portugal. Un poco más allá se encuentran el resto, ya con menor diferencia entre ellos: Francia, Finlandia, Holanda, Alemania… La verdad es que da la impresión de que los países más dependientes del petróleo han sido, precisamente, los más frágiles a la hora de soportar la crisis. El único país que se sale de la norma es Irlanda, que tiene un consumo de petróleo muy escaso.
Probablemente la crisis de la deuda europea se debe otras causas y no es sólo cuestión de factura energética, pero ¿no estaremos subestimando la importancia del petróleo como agravante? Y, sobre todo: ¿no tendremos que prestar mucha más atención al petróleo como obstáculo a la hora de superar la crisis?
El gobierno se jacta de que hemos conseguido aumentar nuestras exportaciones en los últimos meses, pero es evidente que ha sido a costa de un gran sacrificio por parte de los trabajadores que han visto como sus sueldos y sus condiciones laborales caían en picado. ¿Hay alguna otra forma mejor de equilibrar nuestra balanza de pagos? Una opción que casi nadie contempla es intentar consumir menos de ese petróleo que se lleva el 4% de nuestro PIB y no podemos producir. ¿Qué preferimos: minijobs, precariedad, desempleo… o bicicletas? Si me dan a elegir, ciertamente, me quedo con las bicicletas.
Marga Mediavilla