En mayo de 2019 presentamos una ponencia en la conferencia “Minería y Extractivismos: diálogo entre la academia y los movimientos sociales” dedicada a los requerimientos materiales de la transición renovable (resultados de MEDEAS-World, para más detalle ver nuestros artículos relacionados [1] y [2]). No conocíamos a los organizadores ni tampoco a ningún otro asistente a priori, por lo que no estábamos seguros de qué nos íbamos a encontrar.
El perfil de los organizadores y participantes resultó ser de áreas en principio alejadas de las nuestras, más dedicados a la geografía y los impactos ambientales y sociales locales de la minería. Por ello, muchas de las ponencias se enfocaron a grandes explotaciones mineras de países de América u otros continentes, dónde las corporaciones multinacionales y en algunos casos también las empresas nacionales ejercen grandes impactos, con violencia, desplazamientos y numerosas violaciones de los derechos humanos.
Nuestra presentación generó una gran impresión y sorpresa, pues entre los asistentes se desconocía la problemática de los requerimientos materiales de la transición energética. También diría que cierta dosis de pavor, pues estos investigadores y activistas sobre el terreno son totalmente conscientes y han sido testigos de primera mano del comportamiento de las corporaciones mineras. Y su pregunta, que quedó sin respuesta fue: ¿pero de dónde van a salir todos estos materiales? La comisión EU ya tiene clara la estrategia desde hace tiempo: de nuevas minas en la UE, del exterior y de más reciclaje.
Fue una conferencia bonita dónde tuve la ocasión de conocer a grandes personas, activistas e investigadores a quiénes ya había leído como Elena Solís (coordinadora por entonces del área de minería de Ecologistas en Acción y asidua escritora de valiosos textos e informes) o Marc Gavaldà (del cuál había leído su “Viaje a Repsolandia” y su “Recolonización”), y otros muchos que tuve la ocasión de conocer, luchadores por la integridad social y medio ambiental de sus comarcas antes enemigos desproporcionadamente poderosos y sin miedo a usar cualquier tipo de mecanismos y artimañas dentro o fuera de la legalidad.
A posteriori los organizadores de la conferencia decidieron embarcarse en la elaboración de un libro con las aportaciones de los ponentes. Una interesante recolección de textos de muy diferente enfoque y contenido, pero todos ellos complementarios de un gran mismo puzle. Aunque nuestros modelos dinámicos son herramientas que nos dan valiosa información en relación a la escala de las demandas esperadas bajo diferentes escenarios, frente a la disponibilidad que se estima actualmente, el asunto de la minería y la transición es en realidad muy transversal, e involucra procesos sociales, ambientales, económicos y de geopolítica. Aunque la problemática de la dependencia mineral de la transición energética es menos desconocida para la población e incluso hay políticas públicas dirigidas a este tema (como por ejemplo el PERTE de Economía Circular de este año), la complejidad y gravedad del tema aún están al alcance de muy pocos, y esperamos con este capítulo (disponible aquí en PDF) hacerlo más accesible. Sin embargo, aún quedan preguntas clave sin responder, debido a falta de datos e investigación, destacando: ¿Cuántos de los materiales requeridos en la transición podrán provenir de chatarra reciclada o de minas? ¿Cuántos materiales demandará el resto de la economía? Qué mejoras tecnológicas y de sustituciones de materiales críticos son viables a escala comercial? ¿Dónde se localizarán las nuevas minas y dónde se reciclan?
Terminamos esta breve reseña con algunos extractos de las conclusiones del capítulo:
Los resultados presentados en este trabajo tienen dos lecturas principales: por un lado, la transición a las energías renovables en un contexto de “Crecimiento Verde” incrementará la presión para la extracción de recursos mineros a lo largo y ancho del planeta, con todos los graves problemas que el extractivismo acarrea en las poblaciones locales como la contaminación por metales pesados de agua y suelo agrícola, afectación a la salud de los trabajadores y las comunidades vecinas, etc. (UNEP, 2013). Por otro lado, la insuficiencia de las actuales reservas conocidas para cubrir la futura demanda de algunos de los minerales actualmente empleados incrementará las presiones para hacer avanzar la frontera extractiva a otras zonas (Conde, 2017), como está de hecho ocurriendo recientemente en la UE y España (Grupo Minería EeA, 2017; Solís, 2017). Sin embargo, este área de investigación permanece prácticamente inexplorada, y debería ser el objeto de futuros trabajos: ¿dónde es más probable que se abran las futuras minas, en qué condiciones, y qué aspectos ambientales y sociales se verían más afectados? ¿quién se beneficiará de los minerales extraídos, tanto desde la perspectiva del “usuario final”, como de las comunidades locales en las que se realiza la extracción?
La experiencia indica que en caso de realizarse la transición a las energías renovables sin un cambio profundo en las estructuras económicas y sociales globales que rigen actualmente el comercio y economía globales, ésta podría ser un factor más que viniera a agravar las condiciones de vida de numerosas personas del Sur global y destruir sus ecosistemas, como ya ocurre hoy en día con los biocombustibles exportados a los países ricos desde áreas tropicales, o muchos minerales el coltán, del que el tántalo se usa como condensadores en los equipos electrónicos (Ayres, 2012; UNEP, 2013). Esta necesidad de cambio de modelo es reforzada por el hecho de que, al menos hasta la fecha, los certificados que tratan de asegurar una “minería responsable” (en analogía a los productos de comercio justo), se han mostrado muy insuficientes (Childs, 2014; Hilson, 2014; Spiegel, 2015).
Es necesario además complementar la dimensión social de los impactos de la transición a las energías renovables con la dimensión geopolítica, pues muchos de los territorios de mayor potencial de fuentes de energía renovable (como los desiertos cálidos) están alejados de los principales centros de consumo. Dado que al ser más dispersas y requerir líneas de transmisión más amplias, ¿hasta qué punto son más frágiles ante ataques, guerras, revueltas, etc. que los centros de extracción y producción fósiles, que al estar más concentrados son más fáciles de defender?
Referencia completa publicación:
Iñigo Capellán-Pérez; Carlos de Castro. Transición a energías renovables y demanda de minerales. Minería y extractivismos. Granada, (España): Editorial Universidad de Granada, 2022. Available on-line at: <https://editorial.ugr.es/libro/mineria-y-extractivismos_138873/>. ISBN 9788433869258.
Referencias:
[1] Capellán-Pérez, I., de Castro, C., Miguel González, L.J., 2019. Dynamic Energy Return on Energy Investment (EROI) and material requirements in scenarios of global transition to renewable energies. Energy Strategy Reviews 26, 100399. https://doi.org/10.1016/j.esr.2019.100399
[2] de Castro, C., Capellán-Pérez, I., 2020. Standard, Point of Use, and Extended Energy Return on Energy Invested (EROI) from Comprehensive Material Requirements of Present Global Wind, Solar, and Hydro Power Technologies. Energies 13, 3036. https://doi.org/10.3390/en13123036